Choque y contemplación en las emociones

Lucas Coge

Michel Lacroix en su libro Le culte de l’émotion (Flamarion, Paris, 2001) aborda la consolidación de la sociedad de la emoción. Una sociedad cuyos miembros se han embarcado en una búsqueda continua de sensaciones fuertes. Todas las sensaciones son válidas para el hombre actual, no importa que sean reales o virtuales, pero si son intensas mucho mejor. La volatilidad humana está en parte motivada por nuestra afectividad, el conjunto de sentimientos, emociones y pasiones de una persona. Existir es vivir con emociones, es vibrar. Y, Michel Lacroix estableció la distinción entre emociones choque y emociones contemplación.

Emociones choque

Las emociones choque cuentan con el atractivo de la inmediatez y de la crudeza, son una especie de estado puro de los sentimientos simple y llanamente porque nos golpean bruscamente. Causan en nosotros una adictividad que algunos calificarían de mal sana. El individuo es un mero espectador pues se somete pasivamente a unos estímulos que muestran una rápida recompensa. Son los sentimientos que nos pueden ocasionar la caída libre, la velocidad en la autopista, el último gol del delantero centro de nuestro equipo, los video-juegos, las atracciones de feria,…

Emociones contemplación

En cambio, las emociones contemplación surgen de la interacción personal entre el estímulo y el individuo que lo recibe. Requieren pues una participación activa del mismo. Contribuyen al bagaje cultural, estético y emotivo de las personas que lo reciben. Nacen de una audición de música, de la lectura de poesía, de la contemplación estética de un paisaje, de un beso a la persona amada,… Producen sentimientos y vivencias internas. Requieren una educación y exigen tiempo y capacidad de abstracción.

Enfrentamiento o complementariedad

M. Lacroix plantea estas dos emociones como dos alternativas contrapuestas y enfrentadas. Llega incluso a asociar el empeoramiento en el nivel de lectura de los alumnos de secundaria a la precocidad de su vida sexual. Es posible encontrar muchas simplificaciones que alimenten este tipo de afirmaciones. Pero estas, no otorgan ningún alcance a esta distinción de emociones. Es más, lejos de enfrentarlas es más sensato pensar que el fortalecimiento emocional de una persona requiere de las dos categorías de emociones, siempre en buenas dosis.

Es cierto que las emociones choque se manifiestan más ampliamente presentes en nuestra sociedad actual. Además, una parte de ellas, se asocian a determinados productos o servicios que podemos adquirir en el mercado. Son objeto de mercantilización con lo cual al mismo tiempo de que son objeto de ganancias para unos, también se muestran siempre al alcance de nuestro bolsillo. Podemos adquirirlas y aunque podamos detestarlo, es reconfortante saber que están ahí, disponibles. Una subida esporádica de adrenalina puede ser muy “sana” fisiológicamente hablando.

Por otra parte, cuando se considera las denominadas por Lacroix como emociones contemplación, no debe confundirse lo que puede ser un deseo o aspiración (que el mayor número de personas puedan apreciar la belleza de una obra de arte o de un poema) y la realidad cultural de ayer y de hoy respecto al nivel cultural de nuestras sociedades.

 

Hasta luego y mucha suerte

 

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© Imágenes: Microsoft

 

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