La motivación
Reconocemos la motivación en la necesidad o el deseo que activa o dirige nuestro comportamiento. Activa y orienta la conducta, le suministra la fuerza necesaria para que llevemos a cabo determinadas conductas. Para lograr una meta, las personas requieren:
- una activación y una energía suficientes,
- un objetivo claro,
- la capacidad y la disposición para emplear los recursos y la energía durante el tiempo suficiente que les conduzca a la meta.
La motivación es un constructo integrado por factores susceptibles de provocar, mantener y dirigir la conducta hacia un objetivo determinado. Actuamos siempre, a veces conscientes de tener una meta y, sobre todo, de estar motivados por alcanzarla; en otras, ocasiones, carecemos de motivación, decimos o nos decimos que no estamos motivados, tenemos apatía.
Según el diccionario de la RAE, apatía es la “dejadez, indolencia, falta de vigor o energía”. Para este mismo diccionario, la motivación es un “ensayo mental preparatorio de una acción para animar o animarse a ejecutarla con interés y diligencia”. Cuando hablamos de motivación pensamos en acciones y conductas, en interés y diligencia, pero también en metas y objetivos.
Cómo establecemos esas metas y objetivos, cómo adquirimos el interés, cómo establecemos las acciones y las conductas y cómo las realizamos con diligencia. Un abanico de preguntas que todos nos hacemos consciente o inconscientemente. Para ir respondiendo, empezaremos por ver las explicaciones más extendidas de la motivación.
Explicando la motivación
Las principales explicaciones sobre la motivación pueden agruparse en cuatro formulaciones
- la teoría de los instintos
- la teoría de la reducción de impulsos
- la teoría de la excitación
- la jerarquía de las necesidades de Maslow.
Motivación e instintos
La teoría de los instintos, propia de la psicología evolucionista, considera que la conducta está bajo el control de fuerzas biológicas como los instintos. Motivación e instintos son intercambiables pues ambos explican la conducta. Un instinto es una conducta compleja fiajada en una especie y no aprendida.
Bajo esta perspectiva, podemos enumerar las conductas sobre la base de los instintos. Pero resulta más difícil establecer el por qué de dichos instintos y de su funcionamiento. Por ello, le resulta problemático explicar las conductas en términos de motivación.
Motivación y reducción de impulsos
Un impulso es una tensión estimulada que conduce a una conducta o comportamiento. Así, una necesidad (o un estado de necesidad) (fisiológica) crea un impulso que motiva a un organismo a satisfacer una necesidad. La necesidad fisiológica actúa como un mecanismo interno que nos impulsa hacía la satisfacción. La situación que nos permite la satisfacción puede estar presidida por un conjunto de incentivos externos. Cuando necesidad (interna) e incentivos (externos) comulgan conjuntamente, nos sentimos poderosamente impulsados hacia la satisfacción.
Los organismos están sometidos a la homeostasis. Esta es un mecanismo de autorregulación mediante el cual se regula el ambiente interno para garantizar el mantenimiento de las condiciones internas constantes frente a diferentes influencias de factores externos.
Para W.B. Cannon, la homeostasis designa la tendencia general de todo organismo al restablecimiento del equilibrio interno cada vez que éste se ve alterado. Desde un punto de vista psicológico, estos desequilibrios internos serían las necesidades. La vida de un organismo consistiría en la búsqueda constante de equilibrio entre las necesidades y su satisfacción. Toda acción tendente a procurar este equilibrio es una conducta y la motivación se nutre o existe de esa imperiosa necesidad de volver al equilibrio.
Motivación y excitación
Los seres humanos se ven impulsados a determinadas conductas, incluso cuando tienen las necesidades fisiológicas cubiertas. De hecho, esta perspectiva considera que el ser humano es un buscador de un nivel intermedio de excitación, pues cuando ésta es demasiado baja sufrimos de aburrimiento, mientras que cuando es alta en exceso, nos atrapa el estrés. En este sentido, la huida del aburrimiento y del estrés sería una fuente de motivación que guía nuestros objetivos, metas, acciones y conducta.
Motivación y jerarquía de necesidades
La jerarquía de necesidades establecida por A. Maslow vendría a decirnos que nuestra motivación está en nuestro deseo, aspiración, interés por satisfacer una serie de necesidades, a medida que alcanzamos a cubrir unas, rápidamente incorporamos otras nuevas necesidades. En la medida en que la secuencia de necesidades que vamos cubriendo como humanos es prácticamente siempre la misma, puede hablarse de una jerarquía de necesidades.
Maslow presentó la jerarquía de necesidades de forma piramidal.
- Las necesidades básicas: necesidades fisiologías básicas (respirar, beber, alimentarse; dormir, descansar; evitar el dolor y tener relaciones sexuales,..)
- Necesidad de seguridad y protección: necesidad de sentirse seguro y protegido (seguridad física y de salud; de empleo, de ingresos y recursos; seguridad moral, familiar, de propiedad privada)
- Necesidad de afiliación y afecto: necesidades vinculadas al desarrollo afectivo del individuo (necesidades de asociación, participación y aceptación). Están vinculadas a una dimensión social (más o menos extensa) del individuo
- Necesidad de estima: de autoestima y de estima respecto de los demás. La autoestima está vinculada a los sentimientos de confianza, competencia, logros, independencia, libertad,… La segunda se relaciona con la necesidad de atención, aprecio, reconocimiento, respecto, reputación, estatus, dignidad, fama, gloria,… La baja autoestima y el complejo de inferioridad son un reflejo de la merma de esta necesidad.
- Autorrealización: cuya satisfacción da un sentido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad.
Para Maslow, el comportamiento de las personas responde a las necesidades no satisfechas, pues la necesidad satisfecha no genera comportamiento –adicional- alguno. La búsqueda de la satisfacción de las necesidades no cubiertas se presenta como una fuerza motivacional.
No obstante, la satisfacción de las necesidades no necesariamente es secuencial: si la satisfacción de las necesidades básicas sea prioritario frente las restantes, la satisfacción de necesidades puede ser concomitante. Sin embargo, las necesidades básicas requieren para su satisfacción un ciclo motivador relativamente corto, al contrario de las superiores que requieren un ciclo más largo.
La presentación de Maslow aquí efectuada tiene un valor descriptivo. Podemos reconocer nuestras necesidades bajo la expresión piramidal. Pero en modo alguno nos permite responder a la cuestión de dónde surgen las fuerzas motivacionales que llevan a las personas hacia la cima de la pirámide. Cómo obtenemos la motivación suficiente para ir más allá de nuestras conductas actuales, cómo nos marcamos nuevas metas y, sobre todo, cómo conseguimos garantizar, en el tiempo y en la forma, las actuaciones necesarias para alcanzarlas; cómo hacemos nacer las motivaciones que nos llevan a cubrir las necesidades de los niveles superiores de la pirámide.
En las próximas entradas, seguiré abordando la motivación desde diferentes puntos de vista.
Hasta luego y buena suerte.