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Trastorno bipolar y genes

jueves, diciembre 13th, 2012

Lucas Coge

El trastorno bipolar es una afección en la cual las personas alternan períodos de euforia con otros de tristeza o melancolía; van de un estado de ánimo muy bueno o irritable a otro de depresión. Se mueven entre dos extremos o polos. Las «fluctuaciones en el estado de ánimo» entre manía y depresión pueden ser muy rápidas. La persona combina momentos de euforia con otros de tristeza, abatimiento o melancolía.

Como trastorno afecta tanto a hombres como a mujeres y, generalmente, empieza a manifestarse entre los 15 y 25 años. Cuenta con un componente familiar confirmado por la práctica clínica, dada la elevada presencia del trastorno en pariente de personas que lo han padecido; y también, por el reciente estudio realizado por científicos del Instituto de Psiquiatría del King’s College de Londres.

Existen diferentes tipos de trastorno bipolar, con distintos niveles de gravedad:

1)      El trastorno bipolar tipo I: se reconocen porque las personas que han tenido al menos un episodio completo de manía con períodos de depresión grave.

La depresión mayor o verdadera depresión clínica es un trastorno del estado de ánimo en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante semanas o por más tiempo. Anteriormente este trastorno bipolar tipo I se denominaba depresión maníaca.

2)      En cambio, las personas con trastorno bipolar tipo II nunca han experimentado un episodio maníaco completo. En lugar de esto, experimentan períodos de niveles elevados de energía e impulsividad que no son tan extremos como la manía, por ello se le conocen como hipomanía.

La diferencia entre la manía y la hipomanía puede encontrarse en que en este último caso, no se producen impedimentos graves en la vida cotidiana. La hipomanía se manifiesta tanto en actos como en pensamientos. Dichos períodos alternan con episodios de depresión.

3)      Una forma leve de trastorno bipolar llamado ciclotimia implica fluctuaciones en el estado de ánimo menos intensas. Las personas en este caso alternan entre hipomanía y depresión leve.

Es posible que las personas con trastorno bipolar tipo II o con ciclotimia reciban un diagnóstico equivocado de depresión.

Los síntomas del trastorno bipolar son variables y dependientes de la modalidad concreta. Las diferencias entre las distintas modalidades de trastorno bipolar suelen encontrarse en la intensidad de los síntomas. Así, podemos encontrarnos con una fase maníaca puede durar de días a meses y puede abarcar los siguientes síntomas:

  • Distraerse fácilmente
  • Poca necesidad de sueño
  • Deficiente capacidad de discernimiento
  • Control deficiente del temperamento
  • Comportamientos imprudentes y falta de autocontrol (excesos de comida, bebida y/o consumo de drogas; deficiente capacidad de discernimiento; sexo con muchas parejas (promiscuidad);
    • hacer gastos exagerados;
    • Estado de ánimo muy elevado; exceso de actividad (hiperactividad);
    • incremento de la energía; pensamientos apresurados;
    • hablar mucho;
    • autoestima muy elevada (creencias falsas acerca de sí mismo o de las habilidades)
    • Compromiso exagerado en actividades
    • Muy alterado (agitado o irritado)

La fase depresiva se puede caracterizar por una combinación de los siguientes síntomas:

  • Tristeza o estado de ánimo bajo diariamente
  • Dificultad para concentrarse, recordar o tomar decisiones
  • Problemas en la alimentación: pérdida del apetito y pérdida de peso; consumo exagerado de alimentos y aumento de peso
  • Fatiga o desgana
  • Sentimiento de minusvalía, desesperanza o culpa
  • Pérdida de interés en actividades que alguna vez disfrutaba
  • Pérdida de la autoestima
  • Pensamientos de muerte y suicidio
  • Dificultad para conciliar el sueño o dormir demasiado
  • Alejarse de los amigos o las actividades que disfrutaba

Es frecuente el abuso de alcohol u otras sustancias, lo cual agrava los síntomas e incrementa el riesgo, ya alto, de suicidio.

En ocasiones es posible reconocer un estado mixto de trastorno bipolar, caracterizado por la práctica simultaneidad de los síntomas maníacos y depresivos.

Genes del trastorno bipolar

Como hemos dicho existe un componente familiar y, por tanto, genético que la investigación médica se ha encargado de sacar a la luz.

El Instituto de Psiquiatría del King’s College de Londres ha realizado un estudio de replicación genética a gran escala del trastorno afectivo bipolar en el que incorporaron a 28.000 personas de 36 diferentes centros de investigación. Sus hallazgos proporcionan pruebas convincentes de que el locus del cromosoma 3p21.1 contiene un riesgo genético común para el trastorno bipolar, el gen PBRM1.

PBRM1, el gen estudiado por el King’s College de Londres, codifica la síntesis de una proteína que interviene en la remodelación de cromatina o «epigenética», lo que significa que influye en la capacidad de diversas exposiciones ambientales para influir en la expresión de una gama de genes. El término fue acuñado por C. H. Waddington en 1953 para referirse al estudio de las interacciones entre genes y ambiente que se producen en los organismos.

Los investigadores de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos ya habían identificado una variante genética en el cromosoma 3p21.1 que influye en el riesgo de desarrollar trastornos graves del estado de ánimo, incluyendo el trastorno bipolar y el trastorno depresivo mayor.

Ahora la investigación del King’s College London se establece una diferencia entre el riesgo hereditario de padecer esquizofrenia o trastorno bipolar, aunque serán necesarios nuevos estudios que confirmen estas diferencias.

 

Referencias

E. Vassos et al. (2012): Replication Study and Meta-Analysis in European Samples Supports Association of the 3p21.1 Locus with Bipolar Disorder, Biological Psychiatry
Volume 72, Issue 8 , Pages 645-650,

Esquema del cromosoma 3: Cromosoma 3 (humano)

Imágenes: © Microsoft

El gen de las nuevas conexiones entre las neuronas y la memoria

sábado, septiembre 3rd, 2011

Luca Coge

Un solo gen, el que regula cómo las neuronas forman nuevas conexiones, afecta a la memoria y el aprendizaje. Benjamin R. Carlson et al. han publicado un trabajo en la revista Journal of Neuroscience en el que se muestra que la baja presencia del gen WRP en ratones se asociaba a un empeoramiento del aprendizaje y de la memoria. El trabajo titulado «WRP/srGAP3 Facilitates the Initiation of Spine Development by an Inverse F-BAR Domain, and Its Loss Impairs Long-Term Memory«, apareció en el número del 16 de febrero de 2011 (31-7).

Los autores realizaron experimentos in vitro con neuronas demostrando que las células enriquecidas con el gen WRP (WAVE1-associated Racactivating protein) formaron muchos filopodios, mientras que la ausencia de este gen afecta a la producción de estas protuberancias y, por lo tanto, al número de sinapsis. Los filopodios ayudan al progreso del extremo del axón, al movimiento del cono de crecimiento y, con ello, a la extensión del axón. Es el contacto de los filopodios con otras células y con la matriz extracelular la responsable de la acción de guía de los filopodios. De hecho, el cono de crecimiento se mueve en la dirección en la cual sus filopodios producen los contactos más estables. Algunas señales pueden promover la extensión del axón, otras la inhiben al provocar el colapso del cono de crecimiento. La extensión y retracción de los filopodios comprende el ensamblaje y desensamblaje del citoesqueleto de actina.

La deformación de la membrana plasmática es un fenómeno producido frecuentemente por proteínas que contienen dominios BAR. Estos dominios forman estructuras curvadas que interactúan con los lípidos de la membrana provocando la curvatura de la misma. Algunas de estas proteínas también interactúan con otras involucradas en la regulación de la polimerización de la actina, contribuyendo con ello a la coordinación entre citoesqueleto y membrana. WRP interactúa con este tipo de proteínas facilitando la remodelación y la inversión del dominio BAR. Una causa de protusión de la membrana.

Carlson et al. han encontrado que en cultivos de neuronas que WRP se localizaba en los filopodios dendríticos y en las espinas de las dendritas. La sobreexpresión de WRP comportaba un aumento de la densidad de los filopodios, mientras que la reducción de estos reduce la maduración de las espinas in vivo.

En estudios en ratones con y sin el gen WRP, los investigadores fueron capaces de ver las diferencias de comportamiento en el reconocimiento de un juguete desconocido frente a un juguete conocido. Los ratones portadores del gen necesitaban poco tiempo para reconocer un juguete que habían visto previamente, mientras que los ratones knock-out (ratones modificados por ingeniería genética) necesitaban el mismo periodo de tiempo independientemente de que conociesen o no el juguete, hecho que sugiere que los ratones sin el gen WRP mostraban dificultades en el aprendizaje. La incorporación de la proteína WRP en las neuronas permitió la formación de filopodios en las neuronas, que posteriormente formaron nuevas sinapsis.

Bajos niveles de WRP reduce los logros de diferentes tareas que involucran la memoria a largo plazo, pudiendo por ello explicar por qué las mutaciones en WRP se han vinculado con el retraso mental en humanos.

Hasta luego y buena suerte

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Imagen ratones knock-out: NIH Planning Meeting for Knockout Mouse Project at genome.gov, Autor: User FloNight on en.wikipedia, http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:PCWmice1.jpg

Portada de la revista The Journal of Neuroscience, http://www.jneurosci.org/content/31/7.cover.gif