Definición y características del dolor

En 1979, la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), definió el dolor como una experiencia sensorial y emocional desagradable relacionada con daño potencial o real de un tejido o descrita en términos de dicho daño. En cambio, con posterioridad, paso a definirlo como una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada o similar a la asociada con un daño tisular real o potencial y, otorgarle los siguientes rasgos[1][2].

Rasgos característicos del dolor

  • El dolor es siempre una experiencia personal que está influenciada en diversos grados por factores biológicos, psicológicos y sociales.
  • El dolor y la nocicepción son fenómenos diferentes. El dolor no se puede inferir exclusivamente de la actividad de las neuronas sensoriales.
  • Los individuos aprenden el concepto de dolor a través de sus experiencias vitales
  • Se debe respetar el relato de una persona sobre una experiencia como dolor.
  • Aunque el dolor suele cumplir una función adaptativa, puede tener efectos adversos sobre la función y el bienestar social y psicológico.
  • La descripción verbal es sólo una de varias conductas para expresar dolor; La incapacidad de comunicarse no niega la posibilidad de experimentar dolor.

Percepción del dolor y mantenimiento anómalo de la sensación de dolor

La percepción del dolor y los mecanismos que éste pone en marcha pueden ser entendidos como parte del sistema de defensa del individuo frente a las agresiones del medio. Una adecuada respuesta por parte del sistema nociceptivo a un estímulo potencialmente lesivo permite evitar daño al individuo y, por tanto, tiene un componente positivo para la supervivencia y confort del individuo: cuando tocamos una plancha caliente y retiramos la mano al percibir el dolor, evitamos la progresión de la quemadura. Así pues, el dolor percibido lo entendemos como una señal de alerta que permite poner en marcha respuestas protectoras[3].

Sin embargo, en ocasiones, experimentamos sensaciones anómalas, como el mantenimiento de un dolor durante más tiempo del esperado para la resolución del daño que lo causó, o cuando un estímulo doloroso es desproporcional al estímulo que lo está desencadenando, como la sensación de dolor por el roce de la ropa. En ambas circunstancias, el dolor deja de ser una respuesta protectora y positiva y pasa a convertirse en una patología que requiere un abordaje médico y su correspondiente tratamiento[3].

Componentes del dolor: sensorial, cognitivo y emotivo

La llegada de los estímulos a diferentes áreas corticales del Sistema Nervioso Central, a través del sistema aferente, produce tanto una respuesta refleja, como una sensación desagradable y, también, una respuesta emocional. De ahía que se distingan tres componentes en el dolor:

  • Componente sensorial-discriminativo: son las cualidades sensoriales del dolor, como su localización, calidad, intensidad y su características en el tiempo y en el espacio.
  • Componente cognitivo-evaluativo: es el análisis e interpretación del dolor de acuerdo con lo que se siente y puede ocurrir.
  • Componente afectivo-emocional: los dos componentes anteriores se acompañan de ansiedad, depresión, temor, angustia, etc.

Las experiencias dolorosas previas, los rasgos de la personalidad del individuo y los factores socio-culturales contribuyen a que los diferentes individuos presenten y relaten de manera diferente estos tres componentes.

Referencias

[1]        IASAP, “Pain.” https://www.iasp-pain.org/resources/terminology/#pain (accessed Oct. 27, 2023).

[2]        S. N. Raja et al., “The revised International Association for the Study of Pain definition of pain: concepts, challenges, and compromises,” Pain, vol. 161, no. 9, 2020, [Online]. Available: https://journals.lww.com/pain/fulltext/2020/09000/the_revised_international_association_for_the.6.aspx.

[3]        R. Carrillo Esper, Principios de anestelogía y algología para médicos en formación. México, D.F.: Editorial Alfil, 2013.

Leave a Reply