El precio de los productos y la acción a favor de la competencia

diciembre 15th, 2009

El instituto de estadísticas de Francia, el INSEE, acaba de publicar una nota sobre el comportamiento de los precios en la gran distribución. Los precios de los productos de gran consumo se han reducido durante el último mes. Pero detrás de esta tendencia general se esconde un comportamiento desigual entre los hipermercados y los supermercados. Mientras que en los primeros los precios son estables o crecen ligeramente, en los segundos se reducen. Si durante el período previo a la crisis, los precios crecían más deprisa en los pequeños establecimientos, ahora la caída es mayor en estos. En los restantes establecimientos, no incluidos en la categoría de gran distribución, los precios aumentaron durante la expansión en mayor medida.

Da la impresión que los movimientos de precios a la baja, para los consumidores, no sea la característica fundamental de nuestro sistema económico. A nadie se le escapa que en este comportamiento de los precios no es ajeno el tamaño de los distintos establecimientos de distribución.

En cierto que existe toda una gama de productos, en los cuales no se han producido reducciones de precios y sí mejoras en la calidad de los productos. Éste es el caso, por ejemplo, de los ordenadores y de los teléfonos móviles. Durante los últimos años, los avances en la capacidad de los ordenadores han ido más deprisa que el aumento de los precios. Sin embargo, todavía subsisten algunos aspectos sorprendentes en el comportamiento de los precios de los productos manufactureros de consumo. Por ejemplo, un i-phone libre cuesta en USA 99 $, mientras que en Francia o España el precio supera los 500 €. Lo cual evidencia que todavía existe un amplio margen para la acción a favor de una mayor competencia.

Hasta luego y buena suerte.

 

Anatomía de la ansiedad

julio 19th, 2009

Autor: L. Ciereg

El siguiente texto es en buena medida una traducción al español del texto de Alice Park aparecido en la revista Time en Junio de 2002.

Anatomía de la ansiedad

Cuándo los sentidos perciben una amenaza, la información puede tomar dos vías diferentes en el cerebro:

  1. El camino corto

Cuando está asustando, el cerebro automáticamente pone en marcha una línea directa con la amígdala, su centro del miedo.

Una vez activada, la amígdala envía la información por todos los medios alertando así a otras estructuras cerebrales.

El resultado es la clásica respuesta al miedo:

  • Manos sudorosas
  • Aumento del ritmo cardíaco
  • Aumento de la presión sanguínea
  • Estallido de los niveles de adrenalina
  1. La vía larga

Solamente tras la activación de la respuesta inicial al miedo, la actividad mental consciente se pone en marcha.

Parte de la información sensorial, antes de viajar directamente a la amígdala, toma una ruta alternativa, deteniéndose primero en el tálamo. Éste es el centro de entrada sensorial.

Después viaja al Cortex, la corteza cerebral o capa externa de las células cerebrales. El cortex analiza los datos brutos procedentes de los sentidos y decide si requiere una respuesta del miedo. Si es así, el cortex lo indica a la amígdala, y el cuerpo inicia la alerta.

El tálamo se halla en el centro del cerebro, encima del hipotálamo y separado de éste por el surco hipotalámico de Monroe.

Los estímulos sensoriales que llegan al cerebro, con excepción del olfato (debido a que las vías olfatorias se desarrollan en el embrión antes que el tálamo), deberán pasar previamente por el tálamo. Se trata de un derivado de unos 80 núcleos neuronales agrupados en territorios.

Los estímulos dirigidos a la corteza cerebral son filtrados en el tálamo, quien decide si siguen o terminan su camino, calificándolos de triviales.

Pero no únicamente hace esta función, sino que también, al estar conectado a la corteza cerebral, por la vía córtico-talámica son interconectores. Si hay una disfunción en el tálamo afecta a la corteza.

Entonces, cuando el cerebro está en situación en alerta, la amígdala induce una serie de cambios hormonales y químicos en el cerebro que colocan al cuerpo en estado de ansiedad.

La ansiedad y las regiones cerebrales

Estímulos visuales y auditivos

Las imágenes y los sonidos son procesados en primer lugar por el tálamo quien filtra o redirige hacia la amígdala o la región adecuada del cortex.

Estímulos olfativos y el tacto

Los olores y las sensaciones táctiles eluden por el tálamo, en general, y van directamente a la amígdala. A menudo, los olores evocan fuertemente la memoria o la sensibilidad que los sonidos o las visiones.

El tálamo

El centro de la visión y los sonidos, el tálamo descompone

  • las entradas visuales por tamaño, forma y color; y
  • las entradas auditivas por volumen y disonancia,

remitiéndolas entonces a las regiones correspondientes del cortex.

Cortex

Otorga un significado a los sonidos e imágenes brutas. Con ello, hace posible que el cerebro tome conciencia de las cosas que ve o escucha.

Una región del cortex, el cortex prefrontal, puede ser vital al cortar la respuesta a la ansiedad una vez la amenaza ya ha pasado.

Amígdala

Es el centro emocional del cerebro. Tiene un role primordial a la hora de desencadenar la respuesta al miedo o terror. La información que pasa a través de la amígdala adquiere un significado emocional.

 

La porción base de la estría terminalis

La Stria Terminalis (ST) es la conexión eferente principal del la amígdala.  La ST es un tracto y se puede dividir en varias regiones; una de ellas es la porción base de la ST (bed nucleus of the stria terminalis, BNST). La BNST perpetúa las respuestas de miedo causando, a largo plazo, la inquietud o malestar típico de la ansiedad.

Locus ceruleus

Recibe señales desde la amígdala y es responsable del inicio de algunas de las respuestas clásicas a la ansiedad

  • Aumento del ritmo cardíaco
  • Aumento de la presión sanguínea
  • Transpiración
  • Dilatación de la pupila

Hipocampo

Es el centro de la memoria, almacén de la información bruta procedente de los sentidos, que junto con el equipaje emocional, viajan por la amígdala.

El hipocampo es una parte del cerebro situado en el lóbulo temporal (los seres humanos y otros mamíferos tienen dos hipocampos, justo en medio de cada hemisferio cerebral). Forma una parte del sistema límbico y participa en la memoria y la orientación espacial.

 

Fuentes

The anatomy of anxiety, Text by Alice Park & Time Diagragm by Joe Letorla, http://www.prenhall.com/time/content/psyfull.pdf

Imagen del tálamo: http://en.wikipedia.org/wiki/File:Brain_chrischan_thalamus.jpg

Imagen del cortex cerebral: http://en.wikipedia.org/wiki/File:Cerebral_Cortex_location.jpg

Imagen de la amígdala: http://en.wikipedia.org/wiki/File:Amyg.png

Depresiones, productividad y acción gubernamental

julio 6th, 2009

En el libro publicado en 2007 por la Reserva Federal de Minneapolis, Great Depressions of the Twentieth Century, se presenta una serie de estudios llevados a cabos por diferentes economistas sobre las grandes depresiones en América del Norte, Europa Occidental, América Latina y Japón. La edición del estudio corrió a cargo de Timothy J. Kehoe y Edward C. Prescott. La idea central de este estudio comparativo es que la reducción de la productividad juega un papel importante a la hora de explicar la depresión. Tanto en la depresión que sufrió Estados Unidos a partir de 1929 como la sufrida, en los años ochenta, por los países latinoamericanos, las caídas del producto siempre se encuentran acompañadas por disminuciones importantes de la productividad.

Para los autores, la reducción productividad está detrás de las depresiones. Pero el factor fundamental, en su opinión, corresponde a las malas políticas gubernamentales. Su hipótesis es que, en tanto que una multiplicidad de choques puede conducir a una economía a las habituales fluctuaciones cíclicas, corresponde a la excesiva reacción del gobierno la transformación de los movimientos cíclicos en prolongadas y profundas depresiones.

Durante buena parte de la fase de expansión económica reciente, la economía española se ha caracterizado por un peor comportamiento de la productividad que los Estados Unidos o los restantes grandes países europeos. Los factores determinantes de este mal comportamiento hispánico se encuentran en diferentes frentes. Por una parte, el propio perfil sectorial del crecimiento permite explicar una parte de la baja productividad española. La expansión económica ha sido alimentada por el auge de la actividad inmobiliaria. Una actividad que intrínsecamente no tiene porque se de baja productividad, pero sí que lo es en el caso español. Además, por un lado, el movimiento migratorio al aumentar la oferta de trabajo ha contribuido a mantener los salarios comparativamente bajos y, por otro, los procesos especulativos ha disparado el precio del activo; y, ambos conjuntamente ha eliminado cualquier incentivo para aumentar la eficiencia, la calidad y la productividad de la producción de inmuebles.

En segundo lugar, los bajos niveles de dotación de capital por trabajador, especialmente de capital tecnológicamente avanzado y el bajo esfuerzo de I&D de las empresas y de la economía española permiten también explicar el mal comportamiento de la productividad española. Hay que tener presente que buena parte de la inversión llevada a cabo en la economía española durante los últimos años se corresponde a la vivienda, otras construcciones y medio de transporte. En cambio, la inversión en maquinaria o en TIC tiene un escaso peso.

En tercer lugar, se encuentra el capital humano. Es cierto que nunca la sociedad española tuvo tantos estudiantes y titulados universitarios como ahora. Sin embargo, buena parte de éstos están desempeñando trabajo diferentes para los que se formaron, o simplemente sus puestos de trabajo actuales –por diferentes razones- no les permiten desarrollar toda sus capacidades productiva. Pero también debe tenerse en cuenta que la formación no es sinónimo de estudios universitarios. Existen amplias capas de trabajadores cuyos niveles formativos son muy inferiores a los necesarios. Y, por último, es necesario también destacar que imperativo introducir ciertos cambios en los modelos pedagógicos que otorguen una mayor relevancia al saber hacer frente al actual predominio de la acumulación de conocimientos.

Existen otras razones que están detrás del mal comportamiento de la productividad en España (como por ejemplo, la existencia de problemas de medida del output). No obstante, si fuese posible abordar correctamente los tres citados, estoy convencido que se lograrían avances muy significativos.

H. Minsky y las crisis financieras

junio 29th, 2009

La crisis financiera de agosto de 2007 es en primera instancia una crisis de los créditos hipotecarios a alto riesgo (subprimes). Sin embargo, en tanto que mercado se trata de un mercado con un tamaño relativamente; representa el 5 % de la capitalización bursátil. La relevancia de estos créditos se encuentra en que constituyen un componente importante de los desequilibrios financieros mundiales.

En primer lugar, conviene tener en cuenta que la crisis financiera tiene lugar en un contexto que ha sido denominado «la paradoja de la tranquilidad»: la fragilidad del sistema financiera es al mismo tiempo el resultado de sus propios logros resultado de la liberalización financiera, la integración económica mundial y la lucha contra la inflación de los bancos centrales. H. Minsky considero en los años setenta que las crisis de endeudamiento tiene lugar en contextos en que los agentes económicos (familias, empresas,…) se benefician del crecimiento económica y de la reducción de los tipos de interés para incrementar sus niveles de endeudamiento más allá de los estrictamente razonable. En consecuencia, cualquier movimiento alcista en los tipos de interés, cualquier restricción a la liquidez convierte el nivel de endeudamiento razonable en sobreendeudamiento.

Para Minshy, los incentivos que supone el endeudamiento cuando la tasa de interés es baja pueden convertir un sistema financiero estable y robusto en otro frágil y volátil. La fase de euforia suele ir acompañada de sobrevaloración de activos, de búsqueda de mayor rentabilidad, de nuevas oportunidades de inversión, de apalancamiento y operaciones de compraventa rápidas.

El aumento del crédito, según Minsky, lleva inexorablemente al aumento de la tasa de interés, que finalmente se sitúa por encima de la tasa de beneficio. En un contexto de tipos de interés alto, cuyas consecuencias dependen del grado de cobertura de los agentes. En ese momento se produce una contracción del crédito (o credit crunch), pues el sector prestamista deberá ampliar sus márgenes de seguridad. Los valores financieros y otros activos, por tanto, entran en un periodo de volatilidad, incluso para aquellas empresas que son solventes (que incluso podrían verse obligadas a vender sus activos más productivos para encontrar liquidez), pues la tasa de interés al alza afecta a todas por igual. El aumento del interés se traslada a los precios y se reduce inevitablemente la tasa de beneficio, creándose un círculo vicioso que desencadena la crisis.

Minsky advirtió que la sofisticación de los instrumentos financieros y su globalización comportan un aumento en la complejidad de los mercados financieros, lo cual supone una fuente de riesgo para la estabilidad financiera.

Por otra parte, la expansión de la liquidez comporta una reducción de los rendimientos de las obligaciones y una caída general de las primas de riesgo, los mercados integran de este modo el éxito de las políticas antinflacionistas de los bancos centrales. Se abre así un período de búsqueda de mayor rentabilidad que desemboca en la innovación financiera. Una consecuencia de estas innovaciones será un cambio parcial de la estructura de los balances de las entidades financieras y bancarias.

Inteligencia: fluida y cristalizada

junio 1st, 2009

(Algunos) Tipos de inteligencia

Luca Ciereg

«Inteligencia» (del latín intelligentĭa) cuenta con siete entradas en el Diccionario de la Real Academia Española (www.rae.es) entre ellas, me interesa destacar las siguientes:

  1. Capacidad de entender o comprender;
  2. Capacidad de resolver problemas;
  3. Conocimiento, comprensión, acto de entender;
  4. Habilidad, destreza y experiencia.

Cada una de estas entradas recoge diferentes ámbitos en los que cotidianamente interviene la inteligencia o podemos hacernos eco de su presencia. Bajo una perspectiva racional, la comprensión y el entendimiento son elementos indispensables para la resolución de problemas. Nuestra forma de proceder analítica nos remite no solamente a los resultados, sino de manera importante a los mecanismos conducentes a los resultados. La habilidad y la destreza hacen intervenir la inteligencia. La experiencia puede ser ricamente interpretada a la luz de la inteligencia, al tiempo que, como veremos más abajo, aquélla alimenta a la inteligencia.

Tradicionalmente, se ha relacionado a la inteligencia con las siguientes capacidades:

  • para pensar y establecer relaciones entre hechos o conceptos
  • para resolver problemas cotidianos
  • para generar nuevos problemas
  • para crear productos o para ofrecer servicios dentro del propio ámbito cultural

Durante los años treinta, Louis Leon Thurstone estableció al menos siete habilidades primarias de inteligencia:

  • comprensión verbal
  • velocidad perceptual
  • razonamiento lógico
  • habilidad numérica
  • memoria
  • fluidez de palabra
  • percepción espacial.

Treinta años después, Cattell introdujo la distinción entre inteligencia cristalizada y fluida. La inteligencia fluida comporta una habilidad heredada para pensar y razonar de manera abstracta; y, la inteligencia cristalizada surge de la experiencia y representa el grado de aculturación y aprendizaje y educación.

En 1985, Sternberg organizó las diferentes habilidades en tres categorías para describir la inteligencia:

  • Inteligencia componencial: habilidades para adquirir y almacenar información
  • Inteligencia experiencial: habilidad basada en la experiencia para seleccionar, codificar, combinar y comparar información para hacer nuevos «insight».
  • Inteligencia contextual: conducta adaptativa en el mundo real.

Inteligencia fluida e inteligencia cristalizada

La distinción entre ambos tipos de inteligencia suelen establecerse cuando se considera la variable edad. Sin embargo, sería más correcto pensar en términos de la influencia de la herencia y/o del ambiente.

Inteligencia fluida

La Inteligencia Fluida alude a la capacidad para adaptarse y afrontar situaciones nuevas de forma flexible sin que el aprendizaje previo constituya una fuente de ayuda determinante para su manifestación.  

Presenta una clara relación con aspectos neurofisiológicos (por ejemplo, con el desarrollo de asociaciones neuronales), así como una mayor base genética que la inteligencia cristalizada. En este sentido, sería posible establecer una relación entre el potencial desarrollo de la inteligencia fluida y el handing o el crecimiento infantil en ambientes enriquecidos. Tanto el handing como los ambientes enriquecidos muestran correlaciones positivas con el desarrollo neuronal de las áreas cerebrales vinculadas con la memoria, el aprendizaje y la orientación espacial.

La inteligencia fluida está constituida por

  • La capacidad de razonar contenidos abstractos
  • El razonamiento lógico
  • La capacidad de establecer relaciones o extraer diferencias

Esta inteligencia alcanza su máximo desarrollo más tempranamente en torno a la adolescencia- que la inteligencia cristalizada. Así, a partir de la vida adulta, esta capacidad tiende a disminuir en paralelo al envejecimiento y deterioro de las estructuras neuronales.

Un decremento de la inteligencia fluida puede deberse, tanto al patrón de envejecimiento normal, como a accidentes, enfermedades, consumo de drogas, etc., que producen lesiones o afecciones en diferentes estructuras cerebrales y del sistema nervioso central.

Inteligencia cristalizada

Con la Inteligencia Cristalizada se hace referencia a aquel conjunto de capacidades, estrategias y conocimientos, que representa el nivel de desarrollo cognitivo alcanzado a través de la historia de aprendizaje del sujeto.

La inteligencia cristalizada está constituida, fundamentalmente, por aptitudes relativas a

  • la comprensión verbal,
  • el  establecimiento de relaciones semánticas,
  • la evaluación y valoración de la experiencia,
  • el establecimiento de juicios y conclusiones,
  • los conocimientos mecánicos, o
  • la orientación  espacial.

Depende en gran medida del aprendizaje derivado de la experiencia previa del sujeto en el ámbito cultural al que pertenece; así una persona desarrollará su inteligencia cristalizada en la medida en que invierta su inteligencia fluida histórica en experiencias de aprendizaje. Es decir, el potencial de desarrollo intelectual con el que una persona nace (inteligencia fluida histórica) alcanzará un mayor o menor grado según sean sus experiencias educativas.

Además, el desarrollo intelectual y el valor máximo alcanzado pueden alargarse más en la vida de una persona en la medida en que su contexto vivencial potencie dicho desarrollo.

Cómo la experiencia vivencial influye en la inteligencia de un individuo puede establecer por medio de las consecuencias del estrés en el deterioro cerebral. El estrés es un peligro para el cerebro humano. Un estudio acaba de revelar que las hormonas que se descargan en nuestro organismo cuando estamos ajetreados, preocupados o nerviosos deterioran una región del cerebro relacionada con funciones cognitivas como la memoria y la orientación espacial.

Muchos experimentos con ratones de laboratorio ya habían descubierto en el pasado una relación entre la segregación de hormonas de estrés (glucocorticoides) y la destrucción de neuronas en el hipocampo del cerebro. Diversos estudios han demostrado cómo las personas que tienen niveles altos de cortisol, una de las hormonas que se descarga en las situaciones de estrés, sufren una mayor pérdida de neuronas en el hipocampo cerebral una región del cerebro relacionada con funciones cognitivas como la memoria y la orientación espacial.

Bibliografía

Rice, Philips F. et al. (1997): Desarrollo humano, Pearson.

Sánchez-Elvira Paniagua, Ángeles; Margarita Olmedo Montes; Evaristo Fernández Jiménez; Pedro Javier Amor Andrés, (2009): Curso de psicología diferencial, UNED, OpenCourseWare, http://ocw.innova.uned.es/ocwuniversia/psicologia/psicologia-diferencial

Creixement econòmic, atur i ocupació a Catalunya

mayo 26th, 2009

Cristiana Amarelo (Direcció General d’Anàlisi i Política Econòmica) presenta al darrer número de Papers de treball del Departament d’Economia i Finances de la Generalitat de l’economia, un treball titulat «La relació entre el creixement i l’atur el cas de Catalunya». Es tracta d’un estudi de la relació entre el creixement econòmic, la creació d’ocupació i la taxa d’atur. L’article efectua una estimació de l’elasticitat creixement –ocupació i del compliment de la llei d’Okun per al cas català, així com una anàlisi dels possibles canvis al llarg del temps motivats per les modificacions institucionals del mercat de treball. La llei d’Okun estableix una relació negativa entre les variacions de la producció agregada i de la taxa d’atur.

El fet que la demanda del factor treball sigui una demanda derivada de la corresponen al producte, justifica en primera instància la relació negativa entre producció i atur. Okun va considerar una evolució constant de la població activa, una absència de canvis en les hores treballades, i va obtenir una elasticitat negativa. De fet, com recorda l’autora de l’article, l’èxit de la teoria d’Okun resideix en la seva relativa simplicitat, el fet de ser intuïtiva i que el seu compliment s’ha mostrat molt regular al llarg dels anys. Es tracta més d’una relació estadística més que no pas una característica estructural de l’economia.

Paral·lelament, d’aquesta relació s’extreuen consideracions importants en matèria de política econòmica. Així, les diferències entre països en l’elasticitat de la taxa d’atur al creixement econòmic poden respondre a diferències estructurals o institucionals, com ara la regulació del mercat de treball. Tot i això, un dels inconvenients és que el coeficient d’Okun es mostra com altament sensible al mètode economètric emprat, alhora que l’incompliment d’algunes restriccions de partida (com ara la hipòtesi de creixement constant en la població activa) dificulten la interpretació en determinats moments del temps. Tanmateix, els resultats queden alterar en funció de que l’economia estigui instal·lada o no en la seva senda de creixement potencial. A més a més, la desviació respecte a la seva tendència es major en el cas de l’atur que en el propi creixement.

L’autora reprèn els resultats d’altres treballs on, en general, s’observa que els coeficients estimats en el cas espanyol són força elevats, per sobre d’altres països europeus, i en alguns casos per sobre de la unitat. A més, sembla que en els anys més recents aquesta elasticitat seria més elevada. Les seves estimacions apunten que, en el cas català, el coeficient d’Okun fins i tot seria més elevat que la mitjana espanyola. Pel que fa a altres països, en alguns treballs s’estima que els paràmetres per països oscil·len des d’un -0,23 per al Japó fins a un -0,9 per als Països Baixos, o un -0,92 per a Itàlia. També cal destacar que els Estats Units acostumen a presentar una elasticitat rellevant (entre un -0,4% i un -0,5%). Per l’OCDE s’ha estimat que el coeficient a curt termini és de – 0,61, mentre que a llarg termini és de – 0,94. Uns resultats que a priori entren en contradicció amb la major flexibilitat que sol atribuir-se a l’economia americana.

Els resultats que obté el treball, apunten a una elevada sensibilitat de la taxa d’atur respecte a la conjuntura econòmica. Durant les fases d’expansió es produeix una forta demanda de treball i, per tant, una reducció de l’atur, però amb la recessió el treball minva ràpidament i l’atur augmenta. Les diverses estimacions realitzades ho confirmen, i obtenen que el coeficient d’Okun (és a dir, l’elasticitat de la taxa d’atur respecte al creixement econòmic) té el signe negatiu esperat i és relativament alta, entre un -1,02 i un -1,38.

No obstant això, els resultats obtinguts amb la consideració del cicle econòmic suggereixen que hi ha un cert retard temporal en la resposta de la taxa d’atur a les variacions cícliques, i que els desequilibris persisteixen en el temps. Això suggereix com apunta l’autora que el mal funcionament d’algunes institucions laborals provoca que els ajustos laborals en temps de crisi es perllonguin notablement en el temps, i encara que es recuperi el creixement econòmic positiu, els efectes a la baixa en la taxa d’atur triguen més temps a materialitzar-se. Tanmateix pot evidenciar que a les economies existeix costos d’ajusts, entre altres raons com conseqüència de la incertesa que existeix a l’economia. La qual cosa explicaria en part que «els efectes negatius de les recessions són més importants a mitjà termini que els efectes positius en les etapes de creixement econòmic.»

 

 

 

 

D’altra banda, l’elasticitat mostra un augment al llarg del temps, alhora que el creixement mínim per evitar alces en la taxa d’atur s’ha reduït. Al període 1986-1997 era necessari un creixement d’un 3,3% perquè la taxa d’atur restés estable, mentre que el coeficient d’Okun era d’un -1,02. És a dir, que si el creixement econòmic se situava un punt per sobre d’aquest creixement llindar, s’aconseguien reduccions d’1,02 punts a la taxa d’atur. Per al període 1997-2007, el creixement del PIB necessari era d’un 2,75%, mentre que el coeficient s’havia elevat fins a un 1,38, de manera que un punt de creixement per sobre del llindar implicava una caiguda de la taxa d’atur d’un 1,38. La qual cosa evidenciaria una de les característiques del model productiu català i espanyol: la seva intensitat en el factor treball. Als darrers anys, el creixement econòmic ha estat el resultat de la creació d’ocupació i no de l’augment de la productivitat.

 

 

El arte de reformar en tiempos de crisis

mayo 25th, 2009

El Presidente del Gobierno español, J.L Rodriguez Zapatero justificó la remodelación del ejecutivo con las necesidades de acelerar las medidas de lucha contra la crisis y la puesta en marcha de medidas tendentes a reformar el modelo productivo español. Las crisis económicas son una buena ocasión para afrontar las reformas necesarias. Sin embargo, con el paso de los días y de las intervenciones, estas necesidades se han ido reduciendo a la aceleración de la salida de la crisis. Una reducción, sin duda, lamentable pues al componente de crisis económica internacional que presenta la situación económica actual de España, hay que añadir un componente ibérico cuyas raíces se encuentran en el modelo de crecimiento económico. Incluso, en el largo período de fuerte crecimiento económico, el infrenable déficit exterior español evidenciaba, como una fiebre, el malestar productivo.

El modelo productivo español ha conocido importantes transformaciones a lo largo de los últimos cuarenta años. El sector exterior se ha hecho eco de las mismas. Durante los años 60, el país exportaba mayoritariamente productos agrícolas. En los setenta, progresaron de manera extraordinaria las exportaciones de manufacturas intensivas en mano de obra. En los ochenta y parte de los noventa, a pesar o como resultado de la doble apertura exterior que propicio la integración comunitaria, fueron las exportaciones de manufacturas intensivas en economías de escala, con el automóvil a la cabeza, las que caracterizaban la inserción internacional de la economía española. En cambio, el rasgo destacable de la España actual no es tanto la aparición de nuevos productos estrella, sino la internacionalización de las empresas españolas.

En definitiva, el cambio del modelo productivo es posible, pues España ya ha pasado por esa experiencia. La cuestión no se encuentra tanto en el terreno de la posibilidad o no de la reforma del modelo productivo, sino en cómo propiciarla y orientarla. Y aquí interviene la cuestión de la contribución de la crisis a la reforma del modelo productivo.

Una crisis es una situación en la que se ejerce una poderosa presión para actuar y para resolver problemas. Hace bastantes años, Albert O. Hirschman apuntó tres razones de porque las crisis juegan este papel, porque las crisis son fenómenos propicios a la búsqueda de solución a los problemas. En primer lugar, las crisis provocan una concentración de la atención. No es infrecuente que en tiempos normales haya problemas que no se aborden de modo efectivo, o en absoluto, no porque no se conozca su existencia, ni siquiera porque falte la motivación, sino simple y llanamente por falta de atención. En segundo lugar, la experiencia muestra como, en momentos de crisis, se han podido tomar una serie de medidas que, bajo otras circunstancias, determinados grupos poderosos no aceptarían. La inaceptabilidad de las reformas por estos grupos las borraba de facto del cuadro de mando de la política económica. En tercer lugar, la crisis puede inducir a la acción y ésta puede hacernos vislumbrar aspectos problemáticas que, hasta entonces, habían pasado totalmente desapercibidos.

Son tres buenas razones de porque las crisis invitan a la reforma. Pero, ¿no se corre el riesgo de caer en unas acciones apresuradas? Nada nos permite afirmar que la presión y la tirantez de las circunstancias de crisis mejoren el rendimiento de las actividades de respuesta, sobre todo si se hace necesaria una reflexión serena.

La situación puede ser más desconcertante si se tiene presente que al abordar un problema y aportar soluciones al mismo, suelen aparecer problemas nuevos, algunos con recetas conocidas (por ejemplo, el déficit público) o problemas insospechados o que son vistos desde una óptica distinta (el desconocimiento de idiomas y la escasa movilidad internacional de los españoles). Frente a esto cabe decir que una crisis puede permitir aunar esfuerzos y compartir sacrificios. La razón de fondo es la mayor propensión a tomar decisiones que la situación de crisis propicia.

Sin embargo, todavía subsiste la cuestión relativa a si la mayor propensión a tomar decisiones permite una mejor comprensión del problema y una mayor calidad de la respuesta. En relación a la comprensión, cabe decir que la crisis cuanto menos permite cuestionar las «ideas establecidas»; ideas que fueron incapaces de mostrar la gravedad del problema. Este cuestionamiento facilita que se filtren e, incluso, que se instalen otros puntos de vista. Ahora bien, si las crisis permiten alejar las visiones triunfalistas, no deben permitir que se instalen las fracasomanías: no se puede decir «esto no hay quien lo cambie», pues como hemos dicho, en España, el cambio ha existido; y, ésta es una buena razón para confiar que ahora también es posible.

Por consiguiente, como escribía Hirschman, la intensificación y agravación de un problema, a menudo, es una de las formas en que los reformadores consolidan sus propios móviles, logran nuevas alianzas y llegan a comprender mejor los problemas. En el caso español, todo nos hacía pensar que los móviles estaban ahí. Alguien se preguntará si todavía existen, la respuesta es que la lluvia de malos datos macroeconómicos actuará como recuerdo y deberá hacer reaparecer los móviles para la reforma. En cambio, parece que, por el momento, no han aparecido nuevas alianzas. No existen pactos o acuerdos parlamentarios, al menos explícitos; el diálogo social que sin duda se producirá, se muestra por el momento dubitativo. Con respecto a las ideas, tendremos que esperar para ver al completo el nuevo equipo económico y su capacidad de análisis.

Sin embargo, todo ello encierra un peligro: el gobierno puede confiar en que al agravarse la situación de excepcionalidad, al estar al borde del abismo, todo ello propiciara que todos actúen en la misma dirección y cuyo timón está en sus manos. El gobierno tendría también que ser consciente que el problema de la economía española, su inadecuado modelo productivo a las circunstancias económicas globales, es en verdad una colección de problemas. Y, en esta percepción pueden encontrarse las oportunidades para hacer pasar las reformas. Favorecer que se cuelen las reformas requiere de un perfil de reformador. Describir este perfil es una cuestión distinta a la que hemos querido tratar en estas líneas. Sólo diremos que, en nuestra opinión, ni las criticas ni las alabanzas que se han vertido sobre el nuevo equipo económico del gobierno apuntan en la dirección adecuada. Ante todo deseamos que el país no pierda esta ocasión para fraguar las reformas que necesita.

Hasta luego y buena suerte

 

Conjuntura i oferta productiva a l’economia espanyola

mayo 25th, 2009

 Ahir em feia eco de les dades trimestrals del PIB publicats pel INE. Com molts altres blocs i periòdics econòmics i generals, em vaig centrar en la perspectiva de la demanda i, en absolut, vaig fer cap comentari al comportament del PIB trimestral des de la perspectiva de l’oferta. Un error que hui intentaré esmenar. Però primer intentaré exposar per què és necessari prestar una atenció especial al comportament de l’oferta. La primera raó i no necessàriament la més important, és que ens trobem en un món globalitzat que ha aconseguit un elevat grau de liberalització dels seus intercanvis comercials, un fet especialment evident en el cas dels països membres de la Unió Europea. Per això, la demanda rellevant per a les empreses no és la pròpia del mercat nacional, com tampoc els seus competidors s’ubiquen físicament en la geografia nacional. Vivim en un món amb una forta interconnexió de mercats amb una forta competència entre economies i empreses. En aquest context, el comportament de l’oferta nacional és clau per a aguaitar la nostra capacitat per a respondre als reptes que ens planteja la crisi en un món globalitzat.

La segona  raó es troba en el propi discurs econòmic de les últimes setmanes. El govern, especialment de la mà del seu president, ha insistit en la necessitat d’una nova política i un nou equip econòmic per a afrontar un canvi en el model productiu espanyol. És cert que ningú s’ha molestat de moment a definir en què consistix un model productiu. Les al·lusions s’han limitat a reiterar que és necessari reduir el pes de la construcció a favor de les tecnologies de la informació i de la comunicació. En aquest sentit ha d’entendre’s el debat obert sobre la deducció fiscal de la vivenda (deixarem per a un altre moment la discussió sobre els incentius econòmics). Un model productiu es pot caracteritzar ràpidament a partir de tres elements: l’estructura productiva, la tecnologia utilitzada i el model organitzatiu. De moment, el discurs pareix centrar-se bàsicament en el primer aspecte. Un aspecte d’oferta productiva i, per tant, visualizable a partir de l’anàlisi de la mateixa. I al mateix en la seua dimensió trimestral ens anem a dedicar tot seguit.

Doncs bé, amb l’excepció de les activitats agràries, la producció trimestral de l’economia espanyola s’ha reduït respecte al trimestre anterior. En les activitats industrials, la caiguda ha sigut de més de 10%, especialment intensa en les manufactures de consum. La construcció continua la seua senda de descens (-8%), afectant tant l’obra civil com a la construcció residencial. Les activitats energètiques cauen per primera vegada (-5,7%). També els servicis destinats al mercat redueixen la seua producció (enfront d’un comportament positiu el trimestre anterior) i els servicis de no mercat redueixen la seua positiva taxa de creixement. En el context de les activitats terciàries, les activitats lligades a les tecnologies de la informació i les comunicacions són les que presenten una evolució menys desfavorable; i, el comerç de vehicles i de carburant, així com els servicis de selecció i col·locació de personal i els lligats a les agències de viatges es mostren com les activitats que presenten una major contracció.

Si a aquest panorama afegim el mal comportament de la inversió que vaig descriure ahir, podem concloure que encara queda lluny la col·locació de la primera pedra del nou model productiu. De moment, només podem dir que estarem atents a la seua arribada.

Feu bondat.


 

El comportamiento coyuntural de la economía española y la oferta productiva

mayo 25th, 2009

Ayer me hacía eco de los datos trimestrales del PIB publicados por el INE. Como muchos otros blogs y periódicos económicos y generales, me centré en la perspectiva de la demanda y, en absoluto, hice comentario alguno al comportamiento del PIB trimestral desde la perspectiva de la oferta. Un error que hoy intentaré enmendar. Pero primero intentaré exponer por qué es necesario prestar una atención especial al comportamiento de la oferta. La primera razón y no necesariamente la más importante, es que nos encontramos en un mundo globalizado que ha alcanzado un elevado grado de liberalización de sus intercambios comerciales, un hecho especialmente evidente en el caso de los países miembros de la Unión Europea. Por ello, la demanda relevante para las empresas no es la propia del mercado nacional, como tampoco sus competidores se ubican físicamente en la geografía nacional. Vivimos en un mundo con una fuerte interconexión de mercados con una fuerte competencia entre economías y empresas. En este contexto, el comportamiento de la oferta nacional es clave para atisbar nuestra capacidad para responder a los retos que nos plantea la crisis en un mundo globalizado.

La segunda razón se encuentra en el propio discurso económico de las últimas semanas. El gobierno, especialmente de la mano de su presidente, ha venido insistiendo en la necesidad de una nueva política y un nuevo equipo económico para afrontar un cambio en el modelo productivo español. Es cierto que nadie se ha molestado por el momento en definir en qué consiste un modelo productivo. Las alusiones se han limitado a reiterar que es necesario reducir el peso de la construcción a favor de las tecnologías de la información y de la comunicación. En este sentido debe entenderse el debate abierto sobre la deducción fiscal de la vivienda (dejaremos para otro momento la discusión sobre los incentivos económicos). Un modelo productivo se puede caracterizar rápidamente a partir de tres elementos: la estructura productiva, la tecnología utilizada y el modelo organizativo. Por el momento, el discurso parece centrarse básicamente en el primer aspecto. Un aspecto de oferta productiva y, por tanto, visualizable a partir del análisis de la misma. Y al mismo en su dimensión trimestral nos vamos a dedicar acto seguido.

Pues bien, con la excepción de las actividades agrarias, la producción trimestral de la economía española se ha reducido respecto al trimestre anterior. En las actividades industriales, la caída ha sido de más de 10 %, especialmente intensa en las manufacturas de consumo. La construcción continúa su senda de descenso (-8%), afectando tanto a la obra civil como a la construcción residencial. Las actividades energéticas caen por primera vez (-5,7%). También los servicios destinados al mercado reducen su producción (frente a un comportamiento positivo el trimestre anterior) y los servicios de no mercado reducen su positiva tasa de crecimiento. En el contexto de las actividades terciarias, las actividades ligadas a las tecnologías de la información y las comunicaciones son las que presentan una evolución menos desfavorable, mientras que, el comercio de vehículos y de carburante, así como los servicios de selección y colocación de personal y los ligados a las agencias de viajes se muestran como las actividades que presentan una mayor contracción.

Si a este panorama añadimos el mal comportamiento de la inversión que describimos ayer, podemos concluir que todavía queda lejos la colocación de la primera piedra del nuevo modelo productivo. Por el momento, solamente podemos decir que estaremos atentos a su llegada.

Hasta luego y buena suerte.

El comportamiento económico en España durante el primer trimestre de 2009

mayo 24th, 2009

De acuerdo con los datos publicados hoy 20 de mayo el INE, la economía española registra una caída en la tasa de variación del PIB del 3,0% en el primer trimestre de 2009 respecto al mismo periodo de 2008. Un comportamiento que representa un decrecimiento intertrimestral del 1,9%, nueve décimas menos que en el trimestre anterior. Una situación peor en una décima de los que se había estimado el pasado día 14 de mayo.

Detrás de este comportamiento se sitúa una aportación negativa al crecimiento agregado de la demanda nacional en 2,3 puntos (pasando del –3,0 a –5,3 puntos) mientras que la demanda externa mantiene su contribución al PIB trimestral (2,3 puntos). Por su parte, el empleo de la economía decrece a un ritmo del 6,0%, lo que supone una disminución neta de casi 1,147 millones de puestos de trabajo a tiempo completo en un año.

A nivel del conjunto de la Unión Europea, el PIB agregado total ha decrecido un 4,4% y, en el caso de la Eurozona, un 4,6%. Todos los países que han publicado resultados del primer trimestre presentan la misma pauta de decrecimiento en su PIB más intensa que en el período precedente. Así, con la excepción de Austria, que reduce su PIB una décima menos que España (–2,9%), las principales economías del continente han registrado resultados más negativos: Alemania (–6,9%), Italia (–5,9%), Reino Unido (–4,9%), Holanda (–4,5%) y Francia (–3,2%).

El aumento de la contribución negativa de la demanda nacional en este trimestre se debe a la mayor contracción del gasto en consumo final de los hogares y de la inversión en capital fijo, tanto en bienes de equipo como en construcción. Por su parte, el gasto de las Administraciones Públicas se desacelera en este trimestre, aunque sigue presentando tasas de crecimiento positivas. El gasto en consumo final de los hogares
incrementa su decrecimiento, pasando del –2,3% al –4,1%, de forma coherente con la reducción de la renta disponible de éstos. Así, la remuneración de los asalariados presenta ya tasas negativas en este trimestre (–2,1% en términos nominales), fundamentalmente como consecuencia de la reducción en el nivel de empleo asalariado (–5,9%), de la contracción del crédito y de las malas expectativas. La presencia de estos tres valores explicativos se evidencia si se tiene en cuenta que el peor comportamiento del consumo se sitúa en el gasto de bienes duraderos. Estos bienes muestran las tasas negativas más intensas, si bien en este primer trimestre no han empeorado con respecto a las alcanzadas el trimestre anterior.

Por su parte, el gasto en consumo final de las Administraciones Públicas
se ha contraído durante el primer trimestre, desde el 6,3% hasta el 5,4%, en consonancia con el crecimiento de las compras de bienes y servicios y de la remuneración de los asalariados de las Administraciones Públicas. Dada la situación de desequilibrio financiero del sector público español y las últimas consignas dadas a los diferentes ministerios en línea de una contracción del gasto es de esperar que la evolución del gasto público en consumo se mantenga en esta línea.

La formación bruta de capital fijo
aumenta su caída en el primer trimestre, del –9,3% al –13,1%. Todos sus componentes aceleran su pauta negativa a nivel agregado, siendo más intensa la reducción en el caso de los bienes de equipo que en el de la construcción o los otros productos. Las malas expectativas que presiden las decisiones empresariales de inversión se manifiestan plenamente en el comportamiento de la formación bruta de capital fijo en bienes de equipo que casi duplica su contracción en este primer trimestre, pasando del –9,7% al –18,6%. No hay que olvidar que la demanda de bienes de inversión es una demanda indirecta dependiente de la demanda final de bienes y servicios; la debilidad de la producción industrial y de las cifras de negocios del sector empresarial están detrás de la demanda de bienes de inversión como lo evidencia el comportamiento de las importaciones de los mismos. La inversión en maquinaria (–19,7%) presenta una caída mayor que la de material de transporte (–16,2%).

En lo referente a la inversión en construcción, el decrecimiento continua y se agrava respecto al período anterior con una caída de un 12,4% en el primer trimestre; una tasa de variación un punto y medio más negativa que en el período anterior. En el primer trimestre se ha producción una mejoría relativa en la obra en infraestructuras (del –1,4% al –0,6%), especialmente de la vinculada al entorno de las corporaciones locales y la ligada a la alta velocidad ferroviaria. Por su parte, la inversión en vivienda continúa registrando cada vez tasas más negativas (–23,8% frente a –19,6% del trimestre anterior), como consecuencia del cada vez más débil ritmo de iniciación de proyectos residenciales. La intervención de los tres factores explicativos de la contracción de la demanda de bienes de consumo antes citados, intervienen aquí con una mayor incidencia dada la naturaleza del gasto de inversión residencial.

Por una parte, la demanda exterior neta de la economía española mantuvo su aportación positiva al crecimiento agregado del primer trimestre del año, en 2,3 puntos. Tanto las exportaciones como las importaciones aceleraron su contracción durante el período. El mal comportamiento trimestral que conocen el resto de países europeos antes referenciada se traslada evidentemente a la demanda de su importaciones de sus respectivos residentes y, con ello, tiene lugar una contracción de las exportaciones españolas de bienes y servicios. Así, en el caso de la exportación de bienes, la reducción alcanza un –20,5% en este trimestre, en el gasto turístico de los no residentes, un –18,7% y, finalmente, en la exportación de servicios no turísticos, un –13,6%.

En la misma línea, las importaciones de bienes y servicios intensifican su contracción, que alcanza el –22,3% en el primer trimestre. Por componentes, la importación de bienes reduce su nivel un –23,9%, la de servicios no turísticos, un –14,7% y, finalmente, las compras de residentes en el resto del mundo lo hacen en un –21,7%.

 

Hasta luego y buena suerte

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Fuente de los datos citados y del gráfico: Ine, www.ine.es