Los impulsos que llegan al sistema nervioso proceden de los receptores sensitivos que detectan los estímulos sensitivos. Las sensaciones que experimentamos pueden ser el tacto, el sonido, la luz, el dolor, el frio o el calor, y, fisiológicamente, se denominan sentidos.
La mayoría de los receptores sensitivos de nuestro cuerpo se pueden agrupar en cinco categorías básicas:
- Los mecanonorreceptores, relativos a la comprensión o estiramiento mecánico
- Los termorrecepetores recogen los cambios de temperatura, algunos detectan el frío, otros el calor.
- Los nociceptores o receptores del dolor, detectan las lesiones que sufren los tejidos con independencia de que el origen de éstas sea físico o químico.
- Los receptores electromagnético, detectan la luz sobre la retina del ojo
- Los quimiorreceptores, detectan el gusto en la boca, el olor en la nariz, la cantidad de oxígeno en la sangre arterial, la osmolalidad de los líquidos corporales, la concentración de dióxido de carbono,…
Una característica de los receptores sensitivos es que cada tipo es muy sensible a una clase casi exclusiva de estímulos y, prácticamente, insensible a los otros. Se trata de una sensibilidad diferencial de los receptores.
Estos sentidos llegan al sistema nervioso central por medio de los impulsos que las fibras nerviosas transmiten. Para ello, dos rasgos importantes son:
- Cada vía nerviosa termina en un determinado punto del sistema nervioso central
- La clase de sensación que se percibe tras estimular una fibra nerviosa está determinada por el punto del sistema nervioso al que se dirige la fibra.
Con lo que a la especificidad de los receptores sensitivos, le acompaña una cierta especificidad de las fibras nerviosas. Ésta se conoce como el principio de la línea marcada.
Pero cómo se va de los receptores sensitivos a las fibras nerviosas, cómo las sensaciones se transforman en impulsos nerviosos. La respuesta se encuentra en una característica común a todos los receptores sensitivos: cualquiera que sea el tipo de estímulo que excite el receptor, su efecto inmediato es un cambio del potencial eléctrico de la membrana del receptor.
La causa primordial del cambio del potencial de membrana consiste en una modificación de la permeabilidad de la membrana del receptor. Esta permeabilidad permite la difusión más o menos rápida de los iones a través de la membrana y la consiguiente modificación del potencial transmembrana.
Existen distintas modalidades para que la excitación origine los potenciales del receptor:
- Por deformación mecánica del receptor, la cual distiende la membrana del receptor y abre los canales iónicos
- Por aplicación de una sustancia química a la membrana; cuya consecuencia también es una apertura de los canales.
- Por modificación de la temperatura de la membrana con el resultado de una alteración de la permeabilidad de la membrana.
- La radiación electromagnética provoca cambios directos o indirectos en las características de la membrana que favorecen el paso de los iones a través de los canales de la membrana.
En todos los casos, cuando el potencial del receptor se sitúa por encima del umbral, aparecen los potenciales de acción en la fibra nerviosa unida al receptor. La frecuencia de estos será proporcional al potencial del receptor. De este modo se recorre el camino desde el estímulo a nuestro sistema nervioso central. De algunos estímulos somos conscientes (ahora noto el tacto de mis dedos sobre el teclado) de otros no (no percibo el contacto de mi piel con los calcetines), pero en todos los casos, una parte del camino recorrido es el mismo y la transducción de la información es similar.
Hasta luego y buena suerte