Archive for noviembre, 2011

Las emociones y sus dimensiones

domingo, noviembre 27th, 2011

Por Luca Coge

Una manera simple de presentar la emoción nos llevaría a decir que son experiencias psicobiológicas que intervienen en el modo de afrontamiento de ciertos estímulos internos o externos. De hecho, todos podemos reconocernos en la primera parte de la frase anterior. Todos tenemos el recuerdo de haber sentido o experimentado una emoción en distintos momentos. Aunque sentimientos y emoción no sea lo mismo, somos capaces de identificar aspectos psicológicos de una emoción (la tristeza) acompañados de manifestaciones biológicas (como las lágrimas, por ejemplo).

La segunda parte de la primera frase apunta a que las emociones desempeñan un papel, contribuyen en distinto grado a definir unas pautas de conducta ante diferentes entornos internos o externos. Son en este sentido protagonistas de nuestro comportamiento, intervienen en aspectos importantes del mismo y contribuyen a nuestra toma de decisiones. De hecho, durante los últimos años, se ha producido un auge de la consideración de la importancia de las emociones en nuestros actos. De ahí el auge del calificativo emocional: no existen solamente emociones, sino que las emociones están en todo, existe inteligencia emocional, comunicación emocional, enseñanza emocional,…

De hecho, la facilidad para reconocer las emociones se debe a su carácter multidimensional, a que presentan múltiples facetas. Las emociones incorporan experiencias subjetivas con manifestaciones fisiológicas o biológicas. Pero también, cuenta con una funcionalidad, un propósito, y una clara dimensión social.

  • El hecho que las emociones nos hagan sentir bien alegría o irritación, por ejemplo, muestra que cuentan con un contenido de sentimientos subjetivos.
  • Intuimos que alguien tiene emociones o se encuentra en determinado estado emocional porque observamos que está llorando o porque su cuerpo adquiere determinada postura para adaptarse a la situación. Esto es, reconocemos en las emociones un conjunto de reacciones biológicas. Si realizásemos un análisis clínico comprobaríamos la amplitud de estas reacciones fisiológicas, en términos hormonales, por ejemplo.
  • Asimismo, las emociones, al ser mecanismos de afrontamiento o participar de modo significativos en ello, cuentan con un propósito o una funcionalidad. Determinadas emociones, como la ira, nos guían, propulsan o favorecen la realización de un conjunto de acciones que de otro modo no llevaríamos a cabo o lo haríamos como menos dinamismo, estusiamos y perseverancia.
  • Por último, en muchas ocasiones no podemos esconder nuestras emociones, estas se comunican a nuestro entorno. De modo que son fenómenos sociales que cumplen una función comunicativa.

Como mecanismo comunicativo, la emoción no solamente se dirige a los demás o a nuestro entorno. También nos proporciona información a nosotros mismos. Las emociones sirven de sistema de lectura de la situación actual para indicarnos cuán bien o mal están produciéndose los acontecimientos. La alegría no impulsa a continuar hacia la meta que nos hemos propuesto y hacia la inclusión social; en cambio, la aflicción no transmite un sentimiento de fracaso, de pérdida o de equivoco. Interpretamos nuestro entorno inmediato y futuro a la luz de las emociones que nos invaden; y, a partir de ello, seguimos con nuestros planes porque «sabemos» o «sentimos una saber» de que estamos en el buen camino, o por el contrario, modificamos nuestras decisiones porque «concluimos» a partir de las emociones que estamos en un callejón sin salida.

De este modo, se traza una relación entre motivación y emoción. Además, esta relación se extiende al vigor que las emociones aportan a nuestro comportamiento al movilizar recursos biológicos y psicológicos para alcanzar el logro o el fracaso. Nuestras emociones pueden fortificar nuestras intenciones y dotarlas de un impulso continuado. Pero también pueden conducirnos a un sentimiento de incapacidad adquirida que nos paraliza y nos conduce al abandono y a renunciar a cualquier acción o pretensión de mejora. Nuestra experiencia emocional nos lleva a concluir que no podemos hacer nada para cambiar la situación.

Llegados a este extremos, podemos preguntarnos si es posible hacer algo con nuestras emociones para que nos fortifiquen y nos favorezcan el logro de nuestros propósitos y nuestro bienestar, al tiempo que adquiramos la destreza de reducir al máximo el sentimiento de incapacidad adquirida. Para responder a ello, requerimos valorar, en una próxima entrada, cómo se originan las emociones.

 

Hasta luego y buena suerte.

 

Referencias

Texto: Johnmarshall Reeve, Understanging motivation and emotivo, McGraw-Hill

Fotografía: © Microsoft

La neurología de la risa

domingo, noviembre 20th, 2011

Luca Coge

La risa cuenta se manifiesta en múltiples contexto que van más allá de la expresión de alegría. El humor o la burla, junto con la falsa risa o la risa simulada son otras ocasiones en que se presenta. En esta entrada se recoge diversos elementos del trabajo de Manuel Arias publicado en la Revista Neurología titulado “Neurología de la risa y del humor: risa y llanto patológicos”.

Anatomía de la risa

Como muchas otras expresiones humanas, la risa cuenta con un soporte anatómico, sobre todo porque produce cambios transitorios en la expresión facial. Estos cambios están propiciados por la contracción de determinados músculos: la comisura bucal se desplaza hacia atrás y arriba (con intervención del músculo cigomático mayor) y la hendidura palpebral se estrecha y aparecen arrugas (con la participación del orbicular de los párpados); y, se acompañan de emisión de sonidos particulares y variaciones en los movimientos de la respiración, producidos por la activación de otros músculos faciales, laríngeos y respiratorios (contracción clónica de músculos implicados en la espiración).

 

Para Manuel Arias, hoy se postula que existe un centro coordinador de la risa (también del llanto). Este centro se situaría en la parte dorsal de la unión del mesencéfalo con la protuberancia, en el seno de la sustancia gris periacueductal y la formación retícula.

Un centro coordinador de la risa

El centro coordinador de la risa mantiene conexiones con el cerebelo, hipotálamo, tálamo, ganglios basales, y lóbulos temporal y frontal. Este centro -gelástico mesencefalopontino- activará sincrónicamente los núcleos de los pares craneales que inervan los músculos implicados (expresión facial, vocalizaciones, espiración clónica) y los que determinan los fenómenos vegetativos asociados.

El centro gelástico mesencefalopontino está sometido al influjo de tres sistemas:

–        Un sistema inhibidor que parte de la corteza premotora y motora, pasa por los pedúnculos cerebrales y se sitúa en la porción ventral del tronco cerebral.

–        Un sistema excitador que proviene del córtex prefrontal, del lóbulo temporal basal (amígdala incluida), del tálamo y los ganglios basales, y del hipotálamo.

–        Un sistema modulador que arranca del cerebelo, que mantiene conexiones con el sistema límbico (corteza ventromedial prefrontal, cíngulo anterior, amígdala, estriado ventral), con el córtex premotor y motor, y con el hipotálamo y la sustancia gris periacueductal.

De la risa a la carcajada

El cerebelo, de un modo inconsciente y automático, en base a la información que recibe de los aspectos cognitivos y sociales (córtex) y de los aspectos emocionales (sistema límbico), actuaría como modulador sobre un hipotético umbral de respuesta.

En diversos estudios de estimulación de la corteza cerebral se ha desencadenado risa al estimular la amígdala, la corteza frontal, las circunvoluciones cingular anterior, fusiforme y parahipocámpica, y también el hipotálamo.

La percepción y vivencia emocional de una situación de humor, que no tiene por qué ir acompañada siempre de risa, es una función multifactorial que implica a muchas otras funciones cerebrales y conecta el mundo externo con el mundo interno del individuo: atención, memoria de trabajo, flexibilidad mental, evaluación emocional, abstracción verbal, sentimiento emocional de valencia positiva.

Humor

Las activaciones del buen humor

En pasadas décadas, se ha considerado que la indemnidad del lóbulo frontal derecho es crítica para el procesado e integración de los aspectos cognitivos y afectivos que caracterizan al humor, una función típica del cerebro humano, que, actuando como una recompensa intrínseca, mitiga el estrés y el dolor, y facilita las relaciones sociales.

No obstante, en estudios de resonancia magnética funcional se ha comprobado que el humor activa la región tegmental y el estriado ventrales, regiones claves en el circuito dopaminérgico de la recompensa, que están conectadas con la amígdala y el córtex insular. Un paso previo al aspecto de la recompensa es la percepción de la incongruencia/contradicción. Esta función perceptiva del humor implicaría a la unión temporoparietooccipital y al córtex prefrontal izquierdos, aunque varía según el tipo de estímulo (lenguaje, visual). Cuando el humor se asocia a risa, entrarían en juego los lóbulos temporales basales.

Las distintas personalidades y las diferencias de humor

Parece que existen diferencias entre mujeres y hombres en el procesado del humor. La personalidad previa (una expresión del mundo interno) puede influir en el procesado del humor: el extrovertido, frente al introvertido, activa más las regiones implicadas en la percepción, y el emocionalmente estable, frente al neurótico, activa más el sistema de recompensa.

En lo que se refiere al sexo y en lo que concierne al humor se ha observado que ellas activan más el córtex prefrontal izquierdo y también el sistema mesolímbico de la recompensa.

Aunque los estudios de neuroimagen funcional no parecen confirmar el papel relevante del lóbulo frontal derecho en el procesado cerebral del humor, determinados estudios han encontrado una disminución de la activación de la porción orbitofrontal de dicho lóbulo, que sería la responsable de la desinhibición de la expresión facial, hecho que reconciliaría las teorías clásicas con los estudios de neuroimagen.

En esencia, el procesado del humor implica a actos cognitivos, afectivos y volitivos relacionados con distintas zonas de la corteza cerebral.

 

Hasta luego y buena suerte