Resiliencia y bienestar (2)

Luca Coge

En una entrada anterior nos ocupamos de describir el bienestar desde una perspectiva psicológica. Vimos que, entre los factores intervienen en ese desempeño y afectan al bienestar, se encontraban:

  1. La resiliencia
  2. El autoconcepto
  3. Apoyo social percibido

 

 

 

 

 

 

En estas líneas nos ocuparemos de la resiliencia y como ésta puede contribuir al bienestar, en general, e introduciremos algunos comentarios para el caso de los jóvenes.

La resiliencia

La resiliencia es entendida como un conjunto de cualidades personales positivas que mejoran la adaptación individual ante circunstancias adversas. Se focaliza  en las capacidades, valores y atributos positivos de los seres humanos. Supone, en cierto modo, entereza, entendida como valor y fortaleza de ánimo, actitud, disposición y temple. Éste es la fortaleza enérgica y valentía serena para afrontar las dificultades y los riesgos. La entereza es la capacidad para sobreponerse.

 

 

 

 

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Pero también supone salir fortalecido y en mejor posición y disposición que antes. El fortalecimiento se asocia con el vigor y éste con la eficacia en la ejecución de las acciones. La eficacia remite a alcanzar los objetivos planeados. En este sentido, la resiliencia se asocia con el mejoramiento de la persona (Ilustración 3).

En conjunto, la resiliencia es saber:

  • afrontar la adversidad de forma constructiva.
  • adaptarse con flexibilidad y
  • salir fortalecido del suceso traumático

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La resiliencia ofrece a las personas un mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, permite manejar mejor la presión situacional. Da a la persona la percepción y la conciencia de un mayor control frente a los acontecimientos, reduce la percepción de la incertidumbre (que no del riesgo) y, por ello, otorga una mayor capacidad para afrontar retos.

La resiliencia está relacionada

  • positivamente con la satisfacción con la vida
  • Negativamente con las emociones desagradables y
  • Positivamente con las emociones agradables.

Ejerce un influjo positivo sobre el bienestar subjetivo.

En la adolescencia, la resiliencia implica superar los potenciales efectos negativos producidos por la exposición al riesgo mediante estrategias positivas de fortalecimiento y afrontamiento. Los jóvenes resilientes combinan ciertos aspectos individuales y sociales que les ayudan a superar los riesgos de esa etapa de transición.

En el Recuadro 1 se enumeran algunas características de los individuos resilientes. La práctica de éstas puede contribuir a mejorar la resiliencia.

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